Tema 10. Alimentación complementaria y destete
Se le conoce ablactación al proceso en el cual se agregan de manera progresiva alimentos que no son la leche materna a la dieta del pequeño, hasta que se logre una incorporación completa.
Cuando un bebé está listo para comenzar a comer alimentos complementarios, existen algunas características y señales a tener en cuenta:
Edad adecuada: Según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), generalmente se inicia la alimentación complementaria a partir de los 6 meses de edad. A esta edad, los bebés han desarrollado las habilidades necesarias para manejar alimentos sólidos.
Habilidades motoras: El bebé debe poder mantener su cabeza erguida y sentarse con apoyo. También debe mostrar habilidades para coordinar la boca y las manos, como agarrar objetos y llevarlos a la boca.
Pérdida del reflejo extrusivo: Los bebés tienen un reflejo natural que les hace empujar los alimentos fuera de la boca con la lengua. Cuando están listos para la alimentación complementaria, suelen perder este reflejo, lo que les permite aceptar y tragar alimentos sólidos adecuadamente.
Interés en los alimentos: El bebé muestra curiosidad e interés creciente por los alimentos que ve a otras personas comer. Puede observarlos atentamente, intentar agarrarlos y mostrar señales de deseo o imitar movimientos de masticación.
Capacidad para masticar: El bebé debe ser capaz de mover la mandíbula de arriba hacia abajo y tener la capacidad de masticar o chupar alimentos blandos.
Saciedad con la leche materna o fórmula: Aunque los bebés pueden necesitar alimentarse con mayor frecuencia durante su rápido crecimiento y desarrollo, deben mostrarse satisfechos después de las tomas de leche materna o fórmula. Si el bebé parece insatisfecho incluso después de las tomas frecuentes, esto puede indicar que está listo para explorar alimentos sólidos.
Señala la forma cómo se introducen alimentos en un bebé de 6 meses
Cuando se trata de introducir alimentos sólidos a un bebé de 6 meses, es importante hacerlo de manera gradual y cuidadosa. Aquí te presento una guía básica sobre cómo puedes hacerlo:
Comienza con alimentos simples: Inicia ofreciendo alimentos simples y fáciles de digerir, como puré de frutas o verduras. Puedes comenzar con una pequeña cucharada de puré y aumentar la cantidad poco a poco.
Introduce un alimento nuevo a la vez: Para detectar posibles alergias o intolerancias, se sugiere introducir un nuevo alimento cada vez y esperar de 2 a 3 días antes de ofrecer otro alimento nuevo. Durante este período, observa si hay alguna reacción alérgica o síntomas inusuales.
Consistencia adecuada: Al principio, los alimentos deben tener una consistencia suave y líquida para facilitar la deglución. Puedes utilizar una licuadora o procesador de alimentos para lograr una textura apropiada. Conforme el bebé se acostumbre, puedes aumentar gradualmente la consistencia hasta llegar a alimentos más espesos con pequeños trozos.
Establece horarios y frecuencia: Al inicio, se suele ofrecer una pequeña porción de alimentos complementarios una vez al día. Puedes elegir el momento que te sea más conveniente, pero es recomendable hacerlo cuando el bebé esté descansado y tranquilo. A medida que el bebé se adapte y desarrolle habilidades de alimentación, puedes aumentar gradualmente la frecuencia a dos o tres veces al día.
La leche materna o fórmula sigue siendo importante: Recuerda que la leche materna o fórmula continúa siendo la principal fuente de nutrición para el bebé durante el primer año de vida. Los alimentos complementarios no reemplazan las tomas de leche, sino que se añaden a la dieta.
Ofrece variedad de alimentos: Conforme el bebé se acostumbre a los alimentos complementarios, es recomendable ofrecer una variedad de frutas, verduras, cereales y proteínas. Esto ayudará a desarrollar el paladar del bebé y asegurará una ingesta equilibrada de nutrientes.
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